La necesidad de afrontar la gestión de las aguas pluviales desde una perspectiva diferente a la convencional, que combine aspectos hidrológicos, medioambientales y sociales, está llevando a un rápido aumento a nivel mundial del uso de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS), también conocidos como BMP’s (Best Management Practices) o WSUD (Water Sensitive Urban Design), entre otras acepciones.
Las tecnología sostenibles para drenaje urbano, son un conjunto de estrategias de gestión de aguas lluvias para mantener o restablecer las condiciones hidrológicas naturales de un lugar.
El concepto de SUDS ya se viene aplicando con éxito en países como el Reino Unido, EE.UU, Japón, Australia, Alemania, Francia y Holanda, entre otros.
Podría definirse a los SUDS como elementos integrantes de la infraestructura URBANO-HIDRÓLOGO-PAISAJÍSTICA, preferiblemente vegetados (naturalizados), y destinados a filtrar, retener, infiltrar, transportar y almacenar agua de lluvia, de forma que ésta no sufra ningún deterioro o incluso permita la eliminación, de forma natural, de parte de la carga contaminante que haya podido adquirir por procesos de escorrentía urbana previa.
El objetivo de los SUDS es restaurar en la urbe el ciclo natural del agua y mantener la hidrología local, minimizando los impactos del desarrollo urbanístico en cuanto a la cantidad y la calidad de la escorrentía (durante su captación, transporte y en destino), además de maximizar la integración paisajística y el valor social y ambiental de la actuación, naturalizando una buena parte de la infraestructura hídrica.
Una de las características más importantes de los SUDS es la de promover y maximizar la captación del agua de lluvia por procesos de filtración, elemento fundamental para provocar simultáneamente una retención en origen y el comienzo de la restauración o preservación de la calidad del agua captada.
Pero la utilidad de estas medidas va más allá de la gestión de las escorrentías urbanas en tiempo de lluvia. El sistema concebido inicialmente para resolver problemas en tiempo húmedo, es además útil para gestionar otros tipos de escorrentía superficial en tiempo seco, como la producida por sobrantes de riego, baldeo de calles, vaciado de fuentes y estanques ornamentales, etc.
Los objetivos de los SUDS se podrían resumir en los siguientes aspectos:
La reducción de volúmenes de escorrentía y caudales punta puede solucionar la incapacidad hidráulica de la red de colectores convencional debida al crecimiento urbano no previsto en las fases de planificación de la misma. Con esto puede evitarse la necesidad de desdoblamiento de la red convencional o el hecho de tener que asumir inundaciones más frecuentes.
La reducción del volumen de escorrentía y caudales punta conllevará un mejor funcionamiento de las estaciones depuradoras, al darse las siguientes condiciones:
Los arroyos provocan accidentes que ocasionalmente terminan con la pérdida de vidas humanas. Muchas de esas muertes son el resultado de chóferes que por ignorancia se atreven a desafiar las fuerza del agua, de personas que tratan de rescatar un automóvil o de niños que se divierten jugando en los arroyos o cerca de ellos. Cualquier objeto que no esté bien anclado al suelo puede ser fácilmente arrastrado por la fuerza de los torrentes y por los escombros que ellos llevan. Hay que tener mucho cuidado con las corrientes pluviales, sobre todo aquellas que alcanzan altas velocidades, aún en aguas poco profundas.
Experimentos realizados en la Universidad Estatal de Colorado*, señalan que una persona es menos estable cuando está parada en medio de una corriente y que la estabilidad disminuye a medida que la velocidad o la profundidad de las aguas aumenta.
De acuerdo con los experimentos:
La mayoría de los arroyos peligrosos de la ciudad de Barranquilla adquieren velocidades cercanas a los 5 m/s (18 Km./h), por eso, si pasas por un sitio donde el agua te llegue encima de los tobillos detente, busca otro camino o espera que bajen los arroyos.
!No arriesgues tu vida! Sólo se requieren 15 cm. de una corriente rápida para que los materiales arrastrados por el agua te derriben.
Fuente:MANUAL DE PROTECCIÓN CONTRA INUNDACIONES, Condado de Boulder, Distrito de Drenaje Urbano y Control de Inundaciones, Boulder, Colorado. P. 4. Disponible en: http://www.co.boulder.co.us/transportation/pdf_files/Flood_Protection_Manual-Spanish_Version.pdfLa mayoría de las emergencias reportadas por el cuerpo de Bomberos de Barranquilla durante un aguacero torrencial, están relacionadas con vehículos arrastrados por los arroyos. Por lo general, se presentan emergencias en toda clase de autos: taxis, buses, camiones, automóviles y camionetas. En estos eventos, siempre se pone de manifiesto la imprudencia de los conductores, quienes no tienen ni la menor idea del peligro que asumen cuando deciden desafiar las fuertes corrientes. Muchos conductores confiados en el poder de su vehículo, se lanzan sin meditarlo a conducir sobre caminos inundados, pensando que los "carros todo terreno" pueden con la fuerza de los arroyos, ignorando que tales vehículos dan una impresión falsa de seguridad, sus llantas grandes contribuyen a la flotabilidad causando la pérdida de tracción.
Si encuentras un arroyo en tu camino, espera que baje, o da la vuelta y toma una ruta diferente. Aunque otros vehículos han pasado por el arroyo, es posible que no tengas la misma suerte. Se debe evitar a toda costa atravesar un arroyo, ya que si el auto se atasca, queda sometido a la fuerza de arrastre ejercida por el ímpetu del agua y la fuerza de sustentación aplicada por el agua que fluye debajo del vehículo.
Tanto la fuerza de arrastre como la de sustentación dependen de la velocidad y la profundidad del arroyo. Un auto común y corriente, sumergido en un pie de agua (unos 30 cm.), que se mueve a razón de 3 m/s, estará sometido a una fuerza de arrastre de 500 libras y a una fuerza de sustentación de 1500 libras, por lo que en medio metro de profundidad flotará prácticamente cualquier automóvil*.
La gráfica muestra las diferentes fuerzas que actúan sobre un vehículo sumergido en un arroyo. La fuerza de fricción se produce por el contacto entre el piso y las llantas. La fuerza de arrastre es la ejercida por el arroyo sobre el auto y la fuerza de sustentación es la fuerza aplicada sobre el vehículo por el agua.
El auto flotará cuando la fuerza de sustentación sea mayor que el peso del auto. En este momento la fuerza de fricción es nula. La mayoría de los arroyos peligrosos de Barranquilla alcanzan velocidades superiores a los 5 m/s, con profundidades hasta de 6 metros. Nunca intente caminar, jugar o conducir en los arroyos. Si su vehículo queda atrapado y tiene la oportunidad de salir, no lo piense dos veces. Abandone el auto inmediatamente y busque refugio en un lugar seguro.
No intente atravesar con su automóvil un arroyo si el nivel del agua supera la altura de los ejes de las ruedas o si no ve claramente la superficie de la carretera. Mucha gente se ha ahogado dentro de su vehículo por creer que podría cruzar sin peligro y no tener en cuenta la fuerza del agua o los huecos en las calles.
La mayoría número de personas muertas durante una inundación está representado por aquellos que intentan manejar su vehículo en calles inundadas. Usted no puede ver en la superficie los escombros que la corriente arrastra, no arriesgue su vida, espere que las aguas bajen o busque una ruta alternativa.
De acuerdo con los estudios hidrológicos1 realizado por FONADE, Hidroestudios S.A. y ConCEP Ltda en 1997, se concluyó que:
En otro importante estudio de precipitación realizado por la misión japonesa2 para los meses de Mayo a Diciembre de 1987 se obtuvieron los siguientes resultados:
El sistema de caños de la ciudad colombiana de Barranquilla es parte del sistema hídrico de la ciudad, el cual está integrado también por la cuenca baja del río Magdalena, la ciénaga de Mallorquín y numerosos arroyos. Algunos de los caños que integran el sistema son el de La Auyama, Arriba, Caño del Mercado, Los Tramposos y Las Compañías.
Los caños de Barranquilla se ubican en el sector oriental de la ciudad, más exactamente en el sector de Barranquillita, el cual abarca parte del centro y del mercado. Son una serie de brazos o canales laterales navegables del río Magdalena a pocos kilómetros de su desembocadura en el mar Caribe.
Los arroyos son corrientes de agua superficiales que fluyen sobre la tierra desde una altitud mayor hacia una altitud menor debido a la gravedad. Se originan con las aguas lluvias en las zonas con inclinaciones topográficas y se forman por efectos de la naturaleza o por modificaciones que el hombre hace al medio ambiente.
"Arroyos" es el nombre utilizado por los barranquilleros para designar el agua que fluye sobre la tierra. Como la mayoría de las vías y calles de la ciudad no tienen un sistema de drenaje adecuado, cuando llueve, las aguas de escorrentías escurren libremente sobre sus dos cuencas, la norte, que va al río Magdalena, y la de la Ciénaga de Mallorquín.
De acuerdo con su ubicación los arroyos se clasifican en urbanos y rurales. La mayoría de los arroyos de Barranquilla atraviesan su zona urbana, provocando desastres en cada temporada invernal con saldos de víctimas fatales y cientos de damnificados.
Una cuenca hidrográfica es una área de terreno que desagua en un arroyo, río, lago, pantano, bahía o en un acuífero subterráneo. En Barranquilla y su Área Metropolitana, toda el agua proveniente de lluvias y de riego, que corre por la superficie del suelo desemboca en desagües pluviales y arroyos que fluyen directamente hacia el río Magdalena o hacia la Ciénaga de Mallorquín. Toda el agua de escurrimiento proveniente de nuestros hogares, jardines y vecindarios desemboca finalmente en el Mar Caribe.
Las cuencas hidrográficas son algo más que sólo áreas de desagüe, son necesarias para crear un hábitat para plantas y animales, y proporcionan agua potable para la gente y para la flora y fauna silvestres. También nos proporcionan la oportunidad para divertirnos y disfrutar de la naturaleza.
La protección de los recursos naturales en nuestra cuenca hidrográfica es esencial para mantener la salud y el bienestar de todos los seres vivos - tanto en el presente como en el futuro.
De acuerdo con el "Estudio de Drenaje Urbano para Barranquilla" adelantado por la Agencia de Cooperación Internacional de la Misión Japonesa (JICA) en 1987, la ciudad de Barranquilla y su área metropolitana tienen alrededor de 23 corrientes pluviales con una extensión aproximada de 64 kilómetros.
Según el estudio, el arroyo de mayor longitud es el Don Juan con siete kilómetros. El que tiene mayor cuenca hidrográfica es el arroyo "Rebolo" con setecientas cinco hectáreas. El de mayor pendiente, "Siape" con 2.6 por ciento. El que mayor número de interferencias ocasiona a los sectores comerciales e industriales, es el arroyo de "Coltabaco". El de mayor velocidad, "Siape", con 6,6 metros por segundo, y el de mayor caudal, "Rebolo", con ciento cincuenta y nueve metros cúbicos por segundo.
Cabe advertir, que los datos anteriores pudieron haber sufrido alguna modificación, de acuerdo con el proceso de urbanización a los que han sido sometidos los terrenos del sur y el sur-occidente de la ciudad de Barranquilla, en las últimas dos décadas.
En el "Estudio de Drenaje Urbano para Barranquilla" adelantado por la Agencia de Cooperación Internacional de la Misión Japonesa (JICA) en 1987, se inventariaron las siguientes corrientes pluviales:
Un mapa es una representación del espacio que vemos en la realidad. Los objetos dibujados en un mapa son representaciones simbólicas de los elementos del paisaje. Para que esas representaciones sean análogas a la realidad se usa la escala. La cual es una representación proporcionada de la naturaleza sobre un plano.
La escala de los mapas se define como la relación que existe entre la distancia que separa dos puntos de un mapa y la distancia real entre esos dos puntos en la superficie terrestre. La escala sirve para mantener la proporción, es decir, para no distorsionar la forma real del espacio representado.
En un mapa la escala se puede representar de tres maneras:
Todo mapa debe indicar la escala a la que está hecho. Normalmente tiene la apariencia de 1:50000 que en este caso quiere decir que 50000 unidades de la realidad están representadas en el mapa como una. Estas unidades pueden ser de cualquier tipo, kilómetros, millas, metros cuadrados, etc. Un centímetro cuadrado en el mapa son 50.000 centímetros cuadrados en la realidad, dos centímetros lineales son 100000 centímetros en la realidad (50000 x 2), es decir 1000 metros, un kilómetro.
Cuanto mayor es la escala, más se aproxima al tamaño real de los elementos de la superficie terrestre. Los mapas a pequeña escala generalmente representan grandes porciones de la Tierra y, por tanto, son menos detallados que los mapas realizados con escalas más grandes. Generalmente, los mapas topográficos detallados están confeccionados a escala 1:50000 y 1:25000. Cuando los mapas se realizan con fines militares se utilizan escalas más grandes como 1:10000 ó 1:5000
Anemómetro: (del griego, anemos, viento; metron, medida), es un aparato para medir la dirección y velocidad del viento. Consiste de una veleta que señala la dirección y un sistema de copitas que giran movidas por el viento. La rapidez con que rotan es función de la velocidad. La dirección del viento es aquella de donde viene el viento, no hacia donde va. Esto es, un viento Este viene de la dirección Este. La velocidad se mide en unidades de distancias (millas, Km.) por unidad de tiempo (hora).
Barómetro: Es un instrumento para medir presión atmosférica. Generalmente se usa el principio de comparación con una columna de mercurio y se le llama "barómetro mercurial". Otro sistema de uso común es el barómetro aneroide. En este sistema se mide la presión a base de la acción sobre unas pequeñas plaquitas metálicas cerradas que se contraen o se dilatan según la presión. Las unidades se leen en pulgadas de mercurio. Los barómetros pequeños de pared son de tipo aneroide.
Termómetro: Es el instrumento para medir temperatura. Se usa generalmente una burbuja de mercurio (0 de alcohol) en un tubo de cristal cerrado y con una cavidad bien pequeña. Con la acción del calor, la columna de mercurio (o de alcohol) se expande o se contrae indicando así la temperatura.
Barógrafo: Instrumento que combina un barómetro y una grabadora gráfica para indicar la presión en forma gráfica. Una pluma con tinta actúa sobre un papel de gráfica colocado en un cilindro que gira, marcando así el curso de la presión. En el barógrafo se usa el barómetro de tipo aneroide.
Higrómetro: Instrumento para medir el contenido de humedad del aire (humedad atmosférica).
Psicrómetro: Un tipo especial de higrómetro, utilizado para medir el contenido de humedad del aire. Consiste en dos termómetros: uno mide la temperatura con el bulbo seco y el otro con el bulbo húmedo. Un dispositivo más reciente para medir la humedad se basa en el hecho de que ciertas sustancias experimentan cambios en su resistencia eléctrica en función de los cambios de humedad. Los instrumentos que hacen uso de este principio suelen usarse en el radiosonda o rawisonde, dispositivo empleado para el sondeo atmosférico a grandes altitudes.
Pluviómetro: instrumento que sirve para medir la cantidad de agua precipitada en un lugar determinado. El pluviómetro recoge el agua atmosférica en sus diversos estados (lluvia, nieve); el total, medido por la altura en milímetros, se denomina precipitación. Para los estados sólidos, las mediciones se llevan a cabo una vez alcanzado el estado líquido.
Tanque de Evaporación: Consiste de un tanque de agua, expuesto a la intemperie, que permite medir la cantidad de agua que se evapora de la superficie. Esta depende de la velocidad del viento y de la temperatura del agua y del aire. Este dato es importante en problemas agrícolas y de riego.
Cada vez que llueve torrencialmente en Barranquilla las emisoras y periódicos locales, consultan a las estaciones metereológicas sobre la cantidad de lluvia caída. Los expertos del IDEAM, consultados en el Aeropuerto Ernesto Cortissoz reportan la precipitación en "milímetros de agua", como aquel 12 de enero del 2001 cuando una gran tormenta cayó sobre la ciudad.
“Las brisas que empezamos a percibir la semana pasada no eran propiamente las de diciembre, sino efectos de un frente frío que nos afectó”, dijo un experto del IDEAM consultado en el aeropuerto internacional Ernesto Cortissoz. El reporte indica que la región está siendo afectada por un frente frío desde Panamá, que es la causante de las lluvias acompañadas por tormentas eléctricas que como ayer, cayeron durante casi 2 horas sobre Barranquilla y parte del Area Metropolitana. ... Desde el aeropuerto internacional Ernesto Cortissoz se reportó que entre las 12 del mediodía y 1:40 de la tarde cayeron 49,5 milímetros de agua. (El Heraldo, 13 de noviembre del 2001).
¿Conoce usted el significado de 49,5 mm de agua? y ¿cuál es el procedimiento utilizado para cuantificar una precipitación? Pues bien, aquí se lo explicaremos:
Un milímetro de agua equivale a vaciar un litro de líquido en un espacio de un metro cuadrado. Esta unidad que suena a medida de longitud, es la utilizada para medir la precipitación. Si vertiéramos un litro de agua destilada en condiciones normales en un recinto cerrado de un metro cuadrado de superficie (de cualquier forma) el volumen de agua mediría exactamente un milímetro de espesor. De tal manera que una precipitación de 20 litros es equivalente a decir 20 mm o 2 cm de agua. El promedio anual de lluvia en Barranquilla es de aproximadamente 1.500 litros/m2, lo cual equivale a una altura media de 1500 mm, es decir, 150 cm o 1,5 metros sobre el nivel del terreno.
Para determinar la intensidad de una precipitación no es necesario recoger toda el agua de lluvia que cae sobre la Tierra, basta medir el espesor de la capa de agua de lluvia en un sitio cualquiera y esto nos indicará el espesor en toda la zona. Cuando llueve el agua cae de manera uniforme y nunca cae más agua en una casa que en otra. Las estaciones metereológicas utilizan el pluviómetro, un instrumento que sirve para medir la cantidad de agua precipitada en un lugar determinado. El pluviómetro es un cilindro vertical abierto en su parte superior para permitir la entrada de la lluvia y calibrado en milímetros o pulgadas, de modo que se pueda medir la profundidad total de la lluvia caída.
Las precipitaciones que caen se miden entonces en milímetros y están determinadas por la altura de la columna de agua recogida. Cuando se recoge un milímetro de agua, significa que la cantidad de lluvia caída sobre un superficie de un metro cuadrado es de un litro.
Para que tengas idea de la cantidad de agua que cae en una zona calcularemos la cantidad de agua que cae sobre un terreno de dimensiones semejantes al Colegio Marco Fidel Suárez durante una lluvia de 50mm.
Se sabe que un litro de agua pesa 1 Kg. y que 1 m3 equivale a 1000 litros. Esto implica que 400.000 litros ocupan un volumen equivalente a 400 m3 y tienen un peso de 400.000 Kg., como quien dice un peso equivalente a !cuatrocientas toneladas!
Utiliza los resultados del ejemplo anterior y el valor del m3 de agua en el estrato en que vives para determinar cuánto cuestan 400 m3 de agua. Consulta además el área de la ciudad y determina la cantidad de lluvia que pudo haber caído en Barranquilla, la tarde del 13 de noviembre del 2001.
¿Crees que es un buen negocio almacenar el agua lluvia que cae sobre una casa? ¿Cuántos metros cúbicos se podrían almacenar en una casa de 15m x 10m, con una lluvia de 50mm? ¿Cuánto dinero se podría ahorrar en un mes?
Las nubes son el producto de la condensación del agua cuando -por algún mecanismo- el aire húmedo sube y se enfría. Las nubes no están hechas únicamente de vapor de agua como pudiera creerse, sino que además están constituidas por gotitas de agua y/o cristales de hielo que por su tamaño, forma y peso se encuentran suspendidas en el aire.
El tiempo reinante depende mucho del tipo de nubes que se formen en el cielo y, por eso, los meteorólogos se interesan por el estudio de la estructura y evolución de las mismas. Con el fin de facilitar su estudio, los científicos han clasificado a las nubes de distintas formas, por ejemplo por su aspecto y por la altura a la que se encuentran.
En cuanto a su aspecto, las nubes se clasifican en:
Esta nomenclatura está basada en los nombres latinos stratus (allanado o extendido) y cumulos (cúmulo o montón).
Según la altura de la parte más baja de la nube (base), se clasifican en:
GENEROS DE NUBES
Las nubes se clasifican en diez tipos principales denominados géneros. La descripción y abreviaturas de los diez géneros de nubes son:
cirrusCirrus (Ci): nubes separadas en forma de filamentos blancos y delicados, o de bancos, o de franjas estrechas, blancas del todo o en su mayor parte. Estas nubes tienen un aspecto delicado, sedoso o fibroso y brillantes.
CirrocumulusCirrocumulus (Cc): banco, manto o capa delgada de nubes blancas, sin sombras propias, compuestas de elementos muy pequeños en forma de glóbulos, de ondas, etc., unidos o no, y dispuestos más o menos regularmente; la mayoría de los elementos tienen un diámetro aparente inferior a un grado. Son señales de corrientes en chorro y turbulencia.
Cirrostratus (Cs): velo nuboso transparente, fino y banquecino, de aspecto fibroso (como de cabello) o liso, que cubre total o parcialmente el cielo, dejando pasar la luz del sol y la luna. No precipitan y por lo general producen fenómenos de halo (solar o lunar).
Altostratus (As): manto o capa nubosa grisácea o azulada, de aspecto estriado, fibroso o uniforme, que cubre total o parcialmente el cielo y que presenta partes suficientemente delgadas para dejar ver el sol, al menos vagamente, como a través de un vidrio deslustrado. Está compuesta de gotitas superenfriadas y cristales de hielo; no forman halos; precipitan en forma leve y contínua.
AltocumulusAltocumulus (Ac): banco, o manto o capa de nubes blancas o grises, o a la vez blancas y grises, que tienen, generalmente sombras propias, en forma algodonada, compuestas de losetas, guijarros, rodillos, etc., de aspecto, a veces, parcialmente fibroso o difuso, aglomerados o no. Forman el popular "cielo empedrado".
Stratus (St): nubes muy bajas, originándose desde alturas cercanas al suelo hasta los 800 metros. Se presentan en capas nubosas por generalmente grises, con bases bastante uniformes. Cuando el sol es visible a través de la capa su contorno se distingue con facilidad. El stratus no produce fenómenos de halo, salvo en algunas ocasiones a muy bajas temperaturas. Aparecen con frecuencia en las mañanas sobre zonas montañosas. Las nieblas y neblinas son stratus que se forman sobre el suelo. La precipitación que produce es de tipo llovizna (garúa).
StratocumulusStratocumulus (Sc): banco, manto o capa de nubes grises o blanquecinas, o ambos colores a la vez, que tienen casi siempre partes oscuras, compuestas de losas, rodillos, etc., de aspecto no fibroso (salvo el caso de "virga"), pegados o no. Dentro de esta nube los aviones experimentan cierta turbulencia.
CumulusCumulus (Cu): nubes aisladas, generalmente densas y de contornos bien delimitados, que se desarrollan verticalmente en protuberancias, cúpulas o torres, cuya grumosa parte superior se asemeja a menudo a una coliflor o a una palomita de maíz. Las porciones de estas nubes iluminadas por el sol son casi siempre blancas y brillantes; su base, relativamente oscura, es casi siempre horizontal. Son muy frecuentes sobre tierra durante el día y sobre el agua en la noche. Pueden ser de origen orográfico o térmico (convectivas). Presentan precipitaciones en forma de aguaceros.
CumulonimbusCumulonimbus (Cb): nube densa y potente, de considerable dimensión vertical, en forma de montaña o de enormes torres. Una parte de su región superior es generalmente lisa, fibrosa o estriada y casi siempre aplanada, esta parte se extiende frecuentemente en forma de yunque o de vasto penacho. Son las nubes que originan las tormentas, tornados, granisos. La base se encuentra entre 700 y 1.500 m, y los topes (la parte superior de la nube) llegan a 24 y 35 km de altura. Están formadas por gotas de agua, cristales de hielo, gotas superenfriadas, focos de nieve y granizo. La turbulencia en los alrededores de estas nubes es muy fuerte, motivo por el cual los aviones deben evitarlas.
Se acostumbra acomodar los distintos géneros de nubes según la altura a la que con mayor frecuencia se desarrollan sus bases. Así, los generos de nubes se distribuyen según la altura de sus bases en: Nubes bajas: cumulus, stratus, stratocumulus, cumulunimbus, Nubes medias: altocumulus, altostratus y nimbostratus, Nubes altas: cirrus, cirrustratus y cirrucumulus, Nubes de desarrollo vertical: cumulunimbus.
Se suele clasificar al cumulunimbus como un tipo especial de nube (nubes de desarrollo vertical), pues por sus dimensiones verticales y características físicas muy particulares, se distingue de todas las demás; algunos han dado por llamarle "la madre de las nubes".
Fotografías cortesía de http://www.australiasevereweather.com
Se les da nombre a los ciclones tropicales para facilitar la comunicación entre pronosticadores y el público general con respecto a los pronósticos, los avisos y las advertencias de un ciclón o varios ciclones. Como a menudo las tempestades pueden durar una semana o más , y pueden estar ocurriendo más de uno en la misma cuenca al mismo tiempo, los nombres pueden reducir la confusión acerca de cuál tempestad se está describiendo.
Según Dunn y Miller (1960), el primer uso de un nombre propio para un ciclón tropical lo hizo un pronosticador australiano temprano en este siglo. Él asignó los nombres "de políticos que le desagradaban” a los ciclones tropicales. Al asignar un nombre propio a un huracán, el meteorólogo podía describir públicamente a un político (quien quizás no era demasiado generoso en las asignaciones de fondos para la oficina de meteorología) como 'causante de gran desgracia' o como un 'objeto errante en el Pacífico.'" (Quizás esto debe hacerse nuevamente).
Durante la Segunda Guerra Mundial, el Cuerpo Aéreo del Ejército y los meteorólogos de la Marina de los EE.UU., que controlaban y pronosticaban los ciclones tropicales sobre el Pacífico, le dieron informalmente nombres de mujeres a los ciclones tropicales (según los nombres de sus amigas o esposas). De 1950 a 1952, los ciclones tropicales del Océano Atlántico del norte fueron identificados según el alfabeto fonético (Able-Baker-Charlieetc.), pero en 1953 la Oficina del Servicio Nacional de Meteorología de los EE.UU. comenzó a usar nombres de mujeres. En 1979, la Organización Mundial de Meteorología (WMO) y el Servicio Nacional de Meteorología (NWS) cambió a usar una lista de nombres que incluye también nombres de hombres.
Los ciclones tropicales de la cuenca del noreste del Pacífico comenzaron a usar nombres de mujeres en 1959 para las tempestades cercanas a Hawai en 1960 y para el resto de la cuenca del noreste del Pacífico. En 1978, se utilizaron tanto los nombres de hombres como de mujeres. Al comienzo de 1945, se le dio nombres de mujeres a los ciclones tropicales de la cuenca del noroeste del Pacífico oficialmente, y en 1979 se incluyó también los nombres de hombres.
No se les asigna nombres a los ciclones tropicales del Océano Indico del norte. Los ciclones tropicales en el Océano Indico del suroeste recibieron nombres por primera vez durante la temporada de 1960/1961. La región australiana y del Pacífico del Sur (al este de 90E, sur del ecuador) comenzó a dar nombres de mujeres a las tempestades en 1964, y en 1974/1975 se les asignó tanto nombres de hombres como de mujeres.
La razón es que la rotación de la tierra establece una fuerza aparente (llamada fuerza de Coriolis) que empuja los vientos hacia la derecha en el hemisferio norte (y hacia la izquierda en el hemisferio sur). Así que cuando una presión baja comienza a formarse en el norte del ecuador, los vientos de superficie fluirán hacia el interior tratando de llenar la presión baja y estos serán desviados hacia la derecha, iniciándose así una rotación opuesta a las manecillas del reloj. Lo opuesto (una desvío hacia la izquierda y una rotación a la derecha) ocurrirá en el sur del ecuador.
Esta fuerza es demasiado pequeña para efectuar una rotación en, por ejemplo, el agua que baja en los desaguaderos de fregaderos y lavabos. La rotación en estos será determinada por la geometría del contenedor y el movimiento original del agua. De esta manera, uno puede encontrar desaguaderos cuyas aguas fluyen tanto a la derecha y como opuesto a las manecillas del reloj sin importar el hemisferio en este usted localizado. Si usted no cree esto, pruébelo usted mismo.
Los términos "huracán" y "tifón" son nombres específicos en una región para un "ciclón tropical" fuerte. Un ciclón tropical es el término genérico para un sistema de presión baja sobre aguas tropicales. Los ciclones tropicales con vientos máximos sostenidos en la superficie menor de 17 m/s (34 kt ó 39 mph) son llamados "depresiones tropicales".
Una vez los ciclones tropicales alcanzan vientos de por lo menos 17 m/s (34 kt ó 39 mph), estos son llamados típicamente una "tormenta tropical" y se les asigna un nombre. Si los vientos alcanzan los 33 m/s (64 kt ó 74 mph), entonces son llamados: un "huracán" (en el Océano Atlántico del Norte, en el Océano Pacífico del Noreste, al este de la línea meridional; o en el Océano Pacífico del Sur, al este de 160E); un "tifón" (en el Océano Pacífico del Noroeste, al oeste de la línea meridional); un "ciclón tropical severo" (en el Océano Pacífico del Sudoeste, al oeste de 160E, o en el Océano Índico del Sudeste, al este de 90E); una " tormenta ciclónica severa " (en el Océano Índico del Norte); y un "ciclón tropical" (el Océano Índico del Sudoeste).
La definición de "vientos máximos sostenidos en la superficie" depende de quien tome las medidas. Las normas de la Organización Mundial de Meteorología sugieren utilizar el promedio de 10 minutos para obtener una medida sostenida. La mayoría de los países utilizan esto como el estándar. Sin embargo, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) y el Centro Conjunto de Alerta de Tifones (JTWC) de EE.UU. usan el promedio de 1 un minuto para obtener los vientos sostenidos. Esta diferencia puede traer complicaciones al comparar la estadística de una cuenca a otra, pues al usar un período promedio menor puede elevar levemente el número de incidencias.
Las tormentas tropicales son fenómenos meteorológicos de una violencia extremada que se forman en el océano Océano Atlántico, el Océano Índico y el Océano Pacífico, y afectan a ciertas regiones de los trópicos lluviosos. Se forman durante los meses más calurosos del año en las zonas de calmas ecuatoriales cercanas al ecuador. El aire cálido y húmedo se eleva, se enfría y se condensa formando nubes tormentosas con fortísimas corrientes de aire en su interior. A medida que los vientos se hacen más fuertes, comienzan a arremolinarse alrededor de un centro de bajas presiones llamado el "ojo de la tormenta" y debido a la presencia de corrientes descendentes en el centro de la perturbación.
Los tifones y huracanes giran en dirección contraria a las agujas del reloj en el hemisferio norte y en dirección a las agujas del reloj en el hemisferio sur como resultado de la rotación terrestre. Desde el borde de la tormenta hasta su centro, la presión atmosférica desciende y la velocidad del viento aumenta.
Es un cambio en el movimiento de las masas de aire sobre la tierra que retarda el flujo normal de las aguas marinas, lo que desencadena aguas en calientes en Sudamérica que resultan en lluvias y estragos para los pueblos de América del Sur, Indonesia y Australia.
El nombre de "El Niño" se debe a pescadores del puerto de Paita al norte de Perú que observaron que las aguas del sistema de Corrientes Peruana ó Corriente de Humboldt, que corre de sur a norte frente a las costas de Perú y Chile, se calentaban en la época de las fiestas navideñas y los cardúmenes o banco de peces huían hacia el sur, debido a una corriente caliente procedente del Golfo de Guayaquil (Ecuador). A este fenómeno le dieron el nombre de Corriente del Niño, por el Niño Jesús. Es un fenómeno con más de once milenios de historia climática.