29-Abr-2010

Por: Luis Hoyos y Judith Ching

Con la llegada de una nueva temporada invernal el “DON JUAN” Y SUS CONGÉNERES vuelven a impactar con sus heredados ímpetus borrascosos y sus arrogantes poderes de destrucción a lo largo de todo sus recorridos, la fugaz tranquilidad de las gentes que conforman a las comunidades que habitan en sus riberas o en las proximidades de éstas; esta vez el “DON JUAN” y varios de sus hermanos han despertado nuevas angustias, especialmente entre las personas con muchos intereses en juego, a raíz de la inminente entrada en operaciones del servicio de transporte masivo TRANSMETRO.

Es tanta la ansiedad que hoy despiertan los caudalosos y peligrosos arroyos en nuestra Urbe, que la actual administración de la ciudad ha planteado la imperiosa necesidad de darle “solución definitiva” a esta conflictiva problemática citadina, a tal extremo que oficialmente se ha convocado al gobierno nacional para analizar con seriedad y a la mayor celeridad, las posibles alternativas de solución para este problema, incluida la elección de la mejor opción para lograr la consecución de los recursos que exija la financiación de las obras que se requieran, de acuerdo a la alternativa de solución que se determine.

Preocupación que hizo manifiesta El Heraldo en el mes de mayo de 2.009, fecha en que se publicaron las intenciones del señor alcalde Alejandro Char y de las cuales transcribimos parte de proyecto:

“... El pasado 5 de mayo, el alcalde Alejandro Char presentó al ministro de Ambiente, Carlos Costa, el proyecto para solucionar en forma definitiva el problema de los arroyos, con una inversión de $500 mil millones.”

La suma antes mencionada, resulta sensata si se tiene en cuenta que el “box coulvert” construido recientemente desde la calle 41 con carrera 45 hasta los caños del mercado, según datos oficiales tuvieron un costo de 3.800 millones de pesos; e igualmente las obras de “alta y novísima ingeniería” realizadas recientemente desde el barrio los Laureles hasta la calle 30 AUTOPISTA AL AEROPUERTO, con carrera 2, en el conocido arroyo DON JUAN, tuvieron un costo de 8.500 millones de pesos; inversión fallida por enésima vez si se tiene en cuenta que antes de la llegada de los primeros fuertes aguaceros comenzó a desplomarse; ocasionándose desconfianzas y los peores temores entre quienes viven en la riberas de este amenazante arroyo o en las zonas cercanas al mismo.

Fotografía No. 1: Arroyo “DON JUAN” Calle 30 sobre la AVENIDA AL AEROPUERTO ERNESTO CORTIZZOS, esta es una muestra de la falta de cultura ciudadana y de la desidia que impera en nuestra querida ciudad de BARRANQUILLA, aquí se refleja la ausencia de sentido de pertenencia y la falta de escrúpulos de quienes convierten las puertas de la ciudad en botaderos y recicladeros de todo tipo de basuras. Es importante señalar que según cifras oficiales publicadas por los medios masivos de comunicación recientemente se le invirtieron al “DON JUAN” la no despreciable suma de OCHO MIL QUINIETOS MILLONES DE PESOS, ($ 8.500.000.000). No obstante una vez más la ingeniería comienza a ser derrotada por la realidad de este arroyo que tanta calamidad representa para la URBE


FOTOGRAFIA No. 2: Esta fotografía muestra la reconstrucción del tramo del canal que se había derrumbado por la presión del relleno que se hizo la canalización; En el momento que se tomó esta foto se pudo observar que el relleno estaba deslizándose lentamente.

Es importante recordarle a la sociedad barranquillera que a la histórica y siniestra actividad destructora del entorno físico de los arroyos de esta Ciudad conocida como LA PUERTA DE ORO DE COLOMBIA, se suma la riesgosa y peligrosa amenaza originada por el deterioro del entorno medio-ambiental propiamente dicho, ocasionado por la desidia de propios y extraños, gentes insensatas e inescrupulosas, que haciendo alarde de su crasa cultura ciudadana, convierten los cauces de los arroyos y las riberas de los mismos, en vertederos de aguas servidas y en botaderos y recicladeros de basuras de todo tipo, convirtiéndolos así en verdaderos focos de contaminación y polución ambiental.

Una muestra observable de esta perversa y triste conducta, y falta de cultura ciudadana, se puede apreciar en el espacio contiguo al edificio donde funciona la nueva I.P.S. calle 30 AUTOPISTA AL AEROPUERTO, con carrera 2. Si después, que desde 1.920 cuando concejales de Barranquilla presentaron una primera propuesta de solución al problema de los arroyos, cuyo costo en la época era de $ 258.316; se han presentado tantas víctimas mortales y damnificados ¿qué más tiempo se puede esperar para las soluciones definitivas?