Un particular método de evaluación, surgido en el campo de la administración de empresas, acaso para amortiguar las falencias humanas, no sé si por un magnánimo altruismo o porque, sencillamente, es necesario mantener a los clientes del mercado, es el llamado DOFA. Sigla ésta que reúne cuatro categorías en aras de garantizar, para tan delicado menester, un preciso equilibrio: Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas.
Por: Mauricio Herrera Piñeres,
Si bien es cierto que Barranquilla no es la única ciudad del país ni del mundo que presenta problemas de inundaciones durante la época invernal, – vale la pena recordar el reciente caso de inundación extrema en el norte de Bogota, cerca a la quebrada El Virrey – resulta alarmante, que año tras año se sigan presentando cuantiosas perdidas humanas y económicas con la llegada de los arroyos. Es imperativo que la ciudad cuente con un plan técnico, financiero y político cuyo objetivo final sea disminuir o eliminar el torrencial cauce de las corrientes barranquilleras.
Por: Alfredo de la Espriella
Aunque parezca exagerado, todos los habitantes de esta urbe “procera e inmortal” sabemos que los arroyos barranquilleros son “ceñidos de agua y madurados al sol” colosales, para alquilar balcones. Nuestros arroyos bajan con una fuerza hidráulica diabólica. Arrastrando cuanto encuentran a su paso, más lo que le arrojan, alegremente, las comadres del pueblo como si fuera el carro de la basura municipal.
Por: Alfredo de la Espriella
Los arroyos, siempre, como el carnaval, tienen su temporada y forman parte del folclor nativo. Y, como nuestras fiestas típicas y escandalosas, hacen de las suyas, con la misma bulla cada vez que llegan las lluvias — pequeños “ivanes” — que azotan sin cuartel, nuestra desprotegida ciudad, en tiempos pluviosos, como periódicamente se repiten desde julio hasta octubre. Espectáculo que, a muchos turistas fascina; pues, en sus tierras, no ven semejantes caudales paralizando calles, tráfico y asustando a la población con imponentes olas, como “amazonas” desbordados.